13 dic 2010

Profecías: tercera parte

Desde sus primeras hojas Rayuela se nos revela como un libro diferente. Lo primero que podemos leer se titula "Tablero de dirección" y continua de esta forma:
"A su manera este libro es muchos libros, pero sobre todo es dos libros. El lector queda invitado a elegir una de las dos posibilidades siguientes".
Julio Cortázar procede así con su descripción de los dos caminos que nos llevan a lo largo de las páginas de Rayuela.
La primera opción es la lectura lineal clásica, capítulo por capítulo, hasta llegar al número 56 que se postula como primer final.
La segunda es un recorrido caótico, sinuoso, cautivante que rompe con la linealidad del texto y nos adentra un universo literario que avanza dando saltos.
A esta estructura fuera del formato tradicional se le suma el carácter híbrido de su contenido. Fichas, recortes, notas y citas inundan sus páginas.
La intertextualidad con otras obras, artistas o autores es continúa. Roberto Arlt, Louis Armstrong, Antonin Artaud, Baudelaire, Faulkner, Juan Filloy, Goethe, Homero, Paul Klee, Mauriac, Joan Miró, Piet Mondrian, Thelonius Monk, Charlie Parker, Rembrandt, Agustín de Hipona, Erik Satie, Igor Stravinsky, Dylan Thomas, Hugo Wolf son solamente algunos de los nombres que se deslizan entre su tipografía.
En todo sentido Rayuela es un rompecabezas, un collage, un hipertexto.
¿Por qué? Tal vez Morelli, el escritor a travás del cual Cortázar nos habla, pueda acercarnos la respuesta. Sobre el lector, nos dice, hay una posibilidad : "la de hacer del lector un cómplice, un camarada de camino. Simultaneizarlo, puesto que la lectura abolirá el tiempo del lector y lo trasladará al del autor. Así el lector podría llegar a ser copartícipe y copadeciente de la experiencia por la que pasa el novelista, en el mismo momento y de la misma forma".
Colaboracion y lector a lo usuario de la Web 2.0. Una muestra más de que la mentalidad propia de la red hace tiempo que estaba entre nosotros.


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